La balanza



Esa sonrisa que te sacó el video, es un ejemplo de cómo las emociones positivas contribuyen al bienestar. Por eso hoy vamos a aprender a poner en práctica estrategias que te permitan generar emociones constructivas, para equilibrar tu estado emocional cuando te sientes afligido o alterado.
 
Las emociones aflictivas suelen nublar la mente y  enfocarnos  en algo específico, como en algo que puede causar miedo, aunque la ventaja es que nos prepara para enfrentarlo (la huida o el enfrentamiento, por ejemplo). En cambio, las emociones constructivas nos ayudan a lograr mayor atención, el pensamiento y las acciones que se pueden llevar a cabo.
 
Evocar emociones constructivas durante nuestro día aumenta la productividad, la motivación, el compromiso, la persistencia, la creatividad, y claro mejora las relaciones interpersonales. Además ayuda a recordar, aprender y comunicarnos con los demás. Nos hace más curiosos e interesados, dispuestos a probar nuevas actividades y desarrollar nuevas habilidades.
 
Pero vamos primero a realizar un ejercicio de atención, así todos podemos estar más centrados, relajados y listos para aprender.
 
Imagina que estás en un lugar tranquilo donde hay una música relajante de fondo.


 
El ejercicio se realizará sentado , el momento de atención será levantar un brazo en cuanto recuerdes algún momento de tranquilidad, felicidad o de seguridad.
 
Después, PIENSA en las emociones positivas y negativas que sentiste, por ejemplo:
 
1.- Se has quedado dormida o dormido. ¿Qué  soñaste?
2.- Si viste una jungla, lluviosa, todo de color verde
3.- Si sentiste terremotos leves
4.- Si viste algo en el suelo
5.- Escribe en tu cuaderno algún momento que te haya causado conflicto o te haya hecho sentir triste o molesto y una forma de entrar en balance respecto a lo que te causa la emoción aflictiva.








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